Un gran descubrimiento

Posted by Marta R. On 4:00 1 comentarios

Hace 50.000 años la Tierra no era exactamente igual que ahora. Sé que es difícil de creer, pero así es. Los edificios no crecían de la tierra ni los aviones salían de las nubes como ahora. De hecho, es probable que no existieran los edificios ni los aviones. Y tampoco se conocían muchas cosas que ahora se consideran de lo más corrientes. Hoy voy a hablaros del descubrimiento del fuego.

Estamos en pleno invierno y en la época del Homo Erectus. La gente tenía bastante frío e intentaba emigrar a alguna parte donde pudiera refugiarse mejor del clima. Pero el pobre Homo Erectus no hacía más que dar vueltas por el mundo sin encontrar un lugar cómodo. Ellos dieron muchas vueltas que les costaban 120 días, y esto fue lo que inspiró a uno de los antepasados de Willy Fog para batir un récord y conseguir dar la vuelta al mundo en 80 días. Este anhelo pasó de generación en generación hasta que un día el buen Willy pudo conseguirlo. Pero no nos desviemos.
Cuando una pequeña tribu de Homo Erectus llegó al hemisferio sud, todos se pusieron muy contentos porque sabían que podrían refugiarse allí en invierno y al fin dejarían de tener tantas bajas por congelación. Así que eso fue lo que estuvieron haciendo durante años. Se desplazaban al lugar que más les convenía según el clima y factores varios.
Pero llegó un año en que la cosa fue distinta. Había llegado el invierno al hemisferio norte y ellos corrieron al hemisferio sud para evitarlo como de costumbre. Al llegar se quedaron bastante desconcertados, ya que se encontraban en medio de una terrible y helada tormenta. Eso no era habitual en verano, pero los Homo Erectus no eran nada tontos y sabían que allí no podía ser invierno, así que decidieron quedarse a esperar a que la tormenta se calmase.
Pasaban los días, las semanas y los meses y la tormenta no cesó. Pronto calcularon que el verano llegaría al hemisferio norte y volvieron a viajar, pero la tormenta los perseguía allá a donde fueran. Era como si esa tormenta cubriera todo el planeta.
Los pobres Homo Erectus no sabían lo que ocurría y no encontraban ninguna explicación para lo que sucedía. Comenzaron a hacer sacrificios, rituales satánicos, manifestaciones hippies y construyeron la primera fábrica de paraguas de la historia. Pero ellos no querían llevar un paraguas todo el día, querían que dejara de llover y no sabían cómo. ¿Qué estaba pasando?
Ellos no lo sabían, pero yo sí. Mirando hacia el cielo, justo en el foco de la tormenta, vivían los dioses. Los dioses tampoco eran iguales hace 50.000 años, todos evolucionaron como pokémon. El caso es que los antiguos dioses también tenían bufones que los entretenían. El bufón de Poseidón era un tipo bajito, de pelo canoso y extremadamente molesto. Además era malísimo contando chistes, él era el único que se reía de sus crueles bromas. Por eso, Poseidón estaba enfadado con él e intentaba mojarlo para que callase, pero el bufón siempre lo esquivaba. Toda el agua que Poseidón tiraba desde arriba para su bufón había provocado la tormenta que tanto persistía en la Tierra.
Un buen día, los demás dioses se hartaron y decidieron a piedra papel tijera quién era el que debía ir a decirles que se callaran los dos. Thor perdió y le tocó ir a él. Enfadado, se dirigió al templo de Poseidón y abrió las puertas de una patada.
-¡Me cago en el puto Odín, que os calléis! –gritó, no por su enfado, que también, sino para hacerse oír por encima de Poseidón y su bufón.
El bufón de Poseidón comenzó a reír de forma frenética y la cara de Thor se tornó escarlata.
-¡Deja de reír!
-¡Jajajajajaja!
-¡Cállate!
-¡Jajajajajaja!
-¡Serás necio! –dijo antes de lanzarle un trueno en todo el pecho y hacerlo caer a la Tierra dando vueltas como si fuera obra de un penalti de Ramos.
-¿Pero qué has hecho? –le reprochó Poseidón.
-¡Conseguir el maldito silencio! –y dicho esto, se largó.
De vuelta a la Tierra, la tormenta paró. El bufón de Poseidón caía envuelto en el trueno de Thor y al hacer contacto con los gases de la atmósfera, se prendió fuego y comenzó a ganar radiación hasta que su piel se volvió verde. Cayó encima de un árbol, haciendo que este se incendiara.
Justo al lado había una cueva donde vivía una tribu de Homo Erectus. Se asomaron para ver qué había sido el estruendo, y al acercarse comprobaron que el fuego les daba calor y que ya no necesitarían estar trasladándose siempre para evitar el frío.
El bufón de Thor salió de allí corriendo sin que nadie lo viera y decidió vivir solo. Descubrió que además de tener la piel verde también había conseguido superpoderes  que le permitían quemar cosas. Desgraciadamente lo descubrió provocándole una combustión espontánea a un jabalí, aunque al menos tuvo qué cenar aquella noche. Todo aquello lo hacía reír como loco.
Poseidón escuchó sus carcajadas y, ya que fue su bufón una vez, se sintió responsable y decidió mudarse a la Tierra donde podría combatir su fuego desde su nueva casa: el mar.
El bufón verde se hizo llamar Barney Green, del que sólo unos pocos han oído hablar. Él evita el mar para poderse dedicar a quemar el planeta sin que su antiguo amo lo moleste.

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1 Response to "Un gran descubrimiento"

  1. M. says:

    Guau, la piel de gallina. Desde lo de Willy Fog, pasando por el puto Odín, jajajajaja, y por el origen del mar y del fuego. ¡Y de todo!
    ¿Pero cómo consigues hilarlo todo?
    Un beso y espero tu respuesta, y dentro de poco, otro cuento.


    M.

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